Después de seis años desde el anuncio de la construcción del Centro de Atención Primaria en Adicciones (Cepla) en la Costanera, finalmente el centro de día de asistencia y prevención de consumo problemático de drogas quedó inaugurado. El acto fue un hecho político que trascendió la provincia: el gobernador Juan Manzur recorrió la obra junto con el precandidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández. Todo se había proyectado durante el kirchnerismo, fue erigido a medias durante el macrismo y, luego de que la obra fuese saqueada, se terminó con fondos provinciales.
“Este lugar es muy impresionante, se ha afincado en una de las zonas más pobres, más humildes de San Miguel de Tucumán para resolver uno de los flagelos que tiene la Argentina. Que el Estado se ocupe por prevenir el consumo de drogas y de sacar a quienes consumen de ese problema es muy importante”, consideró Fernández, quien fue jefe de Gabinete del kirchenrismo entre 2003 y 2008.
Fernández, Manzur, el vicegobernador, Osvaldo Jaldo; el Ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin y su hermano, el diputado nacional Pablo Yedlin, recorrieron cada ambiente del edificio de 1.300 metros cuadrados cubiertos: consultorios, oficinas, despachos, comedor, cocina, baños, salones de usos múltiples con paredes modulares, que se puede unificar como un microcine y un playón deportivo techado.
Con respecto a los conflictos con la Nación por el Cepla, Fernández destacó la decisión política de Manzur de construirlo con fondos provinciales. “Conozco la historia de esta obra: que el Gobierno nacional dejó solo al Gobierno provincial y que eso pasó con muchas obras”, describió.
Reclamos en el barro
Aunque el acto estaba previsto para las 12 de ayer, los alrededores del Cepla ya estaban colmados de gente a las 10.30: funcionarios, profesionales de la salud, vecinos y militantes. Un grupo de jóvenes llegó con carteles: “Señor Gobernador, acá estamos los que luchamos por las adicciones y ni siquiera se nos invitó”, rezaba una de las cartulinas. Al lado había 42 fotos pegadas: chicos cocinando en un comedor, marchando para pedir que se construya el Cepla, yendo juntos al cine... “Somos del grupo Ganas de Vivir, un grupo de recuperación de las adicciones de la propia Secretaría de las Adicciones de la provincia, pero nos ningunean. Esto es un logro del barrio. Es un triunfo por tantos años de marchas”, dijo Gabriel Pérez detrás de la línea de carteles.
A los 20 minutos llegó un carro a caballo que se instaló en la mitad de la calzada que aun no tiene pavimento. En medio del barrial, sobre el carro pegaron una cartulina: “ésta fue nuestra primera ambulancia del Cepla”. Arriba del carro, Daniel López observaba el revuelo: “es nuestra manera de protestar para que nos tomen en cuenta. Me drogaba desde chico y pude recuperarme hace cerca de un año. Cocino para chicas y chicos adictos, de noche, en el comedor del Ministerio de Desarrollo Social, pero nos dicen ahora que no va a funcionar dentro del Cepla. Es una bobada, si cocinamos con recursos de Desarrollo Social, ¿por qué estamos afuera (del Cepla)? Queremos más técnicos en el barrio. Acá, cuando un chico se intenta suicidar lo llevamos en carro hasta la avenida porque no entran las ambulancias. Los trasladamos en carros como este”, precisó.
La comitiva oficial se retiró pasadas las 13. El barrio lentamente retomó su ritmo habitual.
A las 16.30, el centro estaba cerrado: adentro, el personal estaba abocado a la limpieza de los pisos. Un grupo de niños pedía a los policías de la puerta que los dejasen entrar para jugar a la pelota.
El Cepla
Seis años de espera
La obra del centro de día para la asistencia de adicciones en La Costanera generó un duro enfrentamiento entre la Provincia y la Nación. El proyecto original había sido prometido en diciembre de 2013 por el ex titular de la Sedronar Juan Carlos Molina. El funcionario kirchnerista explicó que aquél Cepla formaba parte de 210 centros en todo el país dentro del programa “Recuperar Inclusión”. En 2016, la nueva gestión de la Sedronar informó que sólo se finalizaron 10 centros. La construcción de la obra, con paneles y perfiles de hierro, se asignó a la firma ByM SRL y alcanzó el 46% de avance de obra. Se paralizó por la mora en el envío de fondos para pagar certificados de obra. La construcción fue saqueada por completo. En 2018, Manzur anunció que realizaría el proyecto con fondos propios.